Introducción
Las enfermedades respiratorias son uno de los problemas sanitarios más comunes y económicamente más importantes que afectan a los terneros lecheros predestetados. Representa una proporción sustancial de los tratamientos con antibióticos, los costes veterinarios y las pérdidas de terneros en las explotaciones, y sigue siendo un obstáculo persistente para lograr una salud y productividad óptimas de los terneros.
Cómo ¿es común?
En un estudio canadiense en el que participaron 74 explotaciones lecheras y más de 7.800 terneros, casi 30% de los terneros fueron tratados al menos una vez durante el periodo anterior al destete con un antibiótico, y la enfermedad respiratoria fue la razón más frecuentemente citada para el tratamiento. En concreto, supuso 54% de todos los tratamientos antibióticos registrados (Uyama et al., 2022). Del mismo modo, los datos de un estudio multiestatal de EE.UU. de más de 2.500 terneros informaron de que un tercio de los terneros experimentaron al menos un evento de salud, con signos respiratorios observados en 33% de los terneros enfermos. Entre los que presentaban signos respiratorios, 88% recibieron antibióticos. El mismo estudio informó de una tasa global de mortalidad predestete del 5% por ciento, siendo la enfermedad respiratoria responsable de 14% de las muertes y de otras 7% por causas tanto respiratorias como digestivas (Urie et al., 2018).
¿Cuál es el impacto?
Las enfermedades respiratorias durante el periodo previo al destete tienen graves consecuencias tanto para el rendimiento de las novillas lecheras como en los terneros criados para carne de vacuno.
Un meta-análisis reciente evaluó el impacto de la enfermedad respiratoria predestete en novillas lecheras utilizando datos de 27 estudios (Buczinski et al., 2021). Las novillas diagnosticadas con enfermedades respiratorias durante el periodo predestete tenían 3 veces más probabilidades de morir y 2 veces más probabilidades de ser retiradas del rebaño, ya fuera por sacrificio, venta o muerte, antes del primer parto, en comparación con las novillas no afectadas. Estas novillas también ganaron 67 gramos menos al día durante la fase previa al destete y produjeron 121 kilogramos menos de leche en su primera lactación. Los estudios incluidos en el meta-análisis también descubrieron que la enfermedad respiratoria estaba asociada con un retraso en la edad del primer parto de 8 a 14 días y una menor probabilidad de sobrevivir durante la primera lactación. En conjunto, estos resultados ilustran el impacto de las enfermedades respiratorias en los primeros años de vida sobre la productividad del rebaño lechero.
En los terneros criados para carne de ternera o vacuno de leche, los efectos también son sustanciales. En un estudio de 3.519 terneros de ternera seguidos hasta el sacrificio, un solo episodio de enfermedad respiratoria se asoció con una reducción media de 8 kilogramos en el peso de la canal caliente, menor cobertura de grasa y un riesgo de mortalidad 6 veces mayor en comparación con los terneros sin enfermedad respiratoria (Pardon et al., 2013). El impacto empeoró con la enfermedad repetida, y los terneros que experimentaron dos o tres o más episodios de enfermedad respiratoria tuvieron reducciones medias en el peso de la canal caliente de 22 y 42 kilogramos, respectivamente. Los episodios múltiples también se relacionaron con una peor calidad de la canal y una mayor probabilidad de un color indeseable de la carne roja en el momento del sacrificio.
Tanto si los terneros se destinan al rebaño lechero como a la cadena de suministro de carne de vacuno, las consecuencias de las enfermedades respiratorias son significativas, lo que subraya la importancia de la prevención específica y de una inmunidad fundacional fuerte para proteger la salud y el rendimiento de los terneros.
¿Cuáles son los factores clave de la prevención?
Vivienda y medio ambiente
El entorno en el que se crían los terneros influye directamente en su salud respiratoria. Un alojamiento bien gestionado puede reducir la exposición a patógenos y favorecer la función inmunitaria, mientras que unas condiciones deficientes pueden aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias a través de factores de estrés directos e indirectos.
La cama es un componente crítico del entorno del ternero. A medida que la cama acumula estiércol y forma un paquete húmedo y profundo, contribuye a una mayor incidencia de enfermedades respiratorias en los terneros predestetados (Donlon et al., 2023). Esto se debe probablemente tanto a la elevada carga bacteriana como a la acumulación de amoníaco, un contaminante producido por la descomposición microbiana de la urea en la cama y el estiércol contaminados. Además de la cama, también influyen otros aspectos del entorno del alojamiento. Una ventilación adecuada ayuda a controlar la humedad y los contaminantes transportados por el aire, pero una velocidad del aire excesiva cuando el ternero está fuera de su zona termoneutra puede provocar enfriamiento y un aumento de las enfermedades respiratorias (Donlon et al., 2023). Además, se ha demostrado que proporcionar más de 35 pies cuadrados por ternero reduce las concentraciones de bacterias en el aire, probablemente al mejorar el flujo de aire y reducir la densidad animal (Norlund y Halbach, 2019). La influencia de estos factores se resume en Figura 1.
Figura 1. Influencia de los factores ambientales y de alojamiento en el desarrollo de enfermedades respiratorias en terneros.
¿Dónde encaja el calostro?
El calostro, o más concretamente la consecución de una inmunidad pasiva adecuada, no siempre ocupa un lugar destacado cuando se habla de la prevención de las enfermedades respiratorias. Sin embargo, las pruebas demuestran claramente que desempeña un papel fundamental en la reducción del riesgo de neumonía en los terneros jóvenes.
Un resumen reciente de ocho estudios sobre la neumonía en terneros, la mayoría de los cuales se centraban en rebaños lecheros, descubrió que los terneros con una ingesta deficiente de calostro tenían muchas más probabilidades de contraer enfermedades respiratorias. Concretamente, el riesgo de enfermedad respiratoria era 1,6 veces mayor en los terneros en los que había fallado la transferencia de inmunidad pasiva (Thompson y Smith, 2022). Los autores estimaron que el 31% de los casos de enfermedad respiratoria en terneros en los que falló la transferencia de inmunidad pasiva podían atribuirse directamente a un manejo inadecuado del calostro. En términos más generales, la fracción media atribuible a la población era del 17%, lo que significa que, en todo un rebaño, casi uno de cada seis casos de neumonía podría evitarse mejorando la inmunidad pasiva en todos los terneros, no sólo en los de mayor riesgo.
Investigaciones recientes también han puesto de relieve el valor de alcanzar niveles de inmunidad pasiva aún más altos de lo que se pensaba. Combinando los resultados de tres estudios que representaban a 10.000 novillas lecheras agrupadas por niveles de inmunidad pasiva (Crannell y Abuelo, 2023; Lombard et al., 2020; Sutter et al., 2023), el tratamiento de la enfermedad respiratoria se produjo en el 25% de los terneros con inmunidad deficiente, el 18% con inmunidad regular, el 13% con inmunidad pasiva buena y sólo el 11% con inmunidad pasiva excelente. Estos resultados muestran que el objetivo de una inmunidad pasiva excelente (> 25 g de IgG absorbida por L de suero), no sólo adecuada, la transferencia de calostro puede marcar una diferencia significativa en la prevención de enfermedades respiratorias.
Esta protección se debe probablemente a la inmunoglobulina G, el anticuerpo dominante en el calostro. Una vez absorbida, la IgG circula por la sangre, neutralizando patógenos y favoreciendo la respuesta inmunitaria temprana. Además de su función sistémica, la IgG también puede transportarse a las superficies mucosas, incluidas las vías respiratorias, donde ayuda a bloquear los patógenos en el lugar de la infección. Figura 2 destaca cómo la IgG protege contra las enfermedades respiratorias. El calostro también contiene otros compuestos que refuerzan el sistema inmunitario, como la lactoferrina, las citocinas y los factores de crecimiento, que mejoran aún más el desarrollo inmunitario temprano y la resistencia frente a las enfermedades.
Figura 2. Vía por la que el calostro contribuye a la prevención de las enfermedades respiratorias.
Mensajes para llevar a casa
La prevención de las enfermedades respiratorias en los terneros requiere prestar atención tanto al entorno como a los primeros cuidados. Una cama limpia y seca, una buena ventilación y espacio suficiente ayudan a reducir la exposición a patógenos transportados por el aire. Igualmente importante es alimentar a los terneros con calostro de alta calidad poco después del nacimiento, ya que les proporciona la protección que necesitan para mantenerse sanos. En conjunto, estas prácticas reducen el riesgo de enfermedades, las necesidades de tratamiento y los resultados a largo plazo.
Dave Renaud DVM PhD, Profesor Asociado, Universidad de Guelph
Referencias
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Donlon JD, McAloon CG, Hyde R, Aly S, Pardon B, Mee JF. A systematic review of the relationship between housing environmental factors and bovine respiratory disease in preweaned calves-Part 2: Temperature, relative humidity and bedding. The Veterinary Journal. 2023 Oct 1;300:106032.
Lombard J, Urie N, Garry F, Godden S, Quigley J, Earleywine T, McGuirk S, Moore D, Branan M, Chamorro M, Smith G. Consensus recommendations on calf-and herd-level passive immunity in dairy calves in the United States. Journal of dairy science. 2020 Aug 1;103(8):7611-24.
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Urie NJ, Lombard JE, Shivley CB, Kopral CA, Adams AE, Earleywine TJ, Olson JD, Garry FB. Manejo de vaquillas predestetadas en explotaciones lecheras de EEUU: Part V. Factors associated with morbidity and mortality in preweaned dairy heifer calves. Journal of dairy science. 2018 Oct 1;101(10):9229-44.
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